LABORATORIO DERMOCOSMÉTICO
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LABORATORIO DERMOCOSMÉTICO
El hormiguillo en los caballos es una enfermedad con la que los iniciados en el cuidado de estos animales están familiarizados. Se trata de una afección relativamente común y cuyos perjuicios puedes contribuir a evitar si sigues las indicaciones que te vamos a dar en este post.
Como te hemos comentado en otras ocasiones, los cascos son unas de las partes del cuerpo equino en las que con más relevancia se manifiestan los problemas de salud. No acaparan las miradas del público no avezado, pero resultan fundamentales para soportar su peso, amortiguar los golpes e imprimir la energía que requieren sus movimientos.
Por eso, te conviene conocer la fisonomía de estos protectores de los pies y las manos de los équidos. De este modo, puedes intervenir ante sus eventuales complicaciones de un modo más rápido y sencillo. A continuación, te contamos las claves del hormiguillo que puede padecer tu caballo. Presta atención.
En primer lugar, hemos de señalar que el hormiguillo es una enfermedad de los cascos caracterizada por la aparición de huecos en la muralla. La muralla es una parte de la pared, es decir, la zona más exterior del casco, la cual se eleva algunos centímetros por encima de la superficie que representa la planta.
Una vez localizado el foco del problema, es preciso identificar por qué se produce esta afección. Tiene que ver con la infiltración en esta zona del casco de hongos y bacterias anaerobios. Y es que las especiales condiciones de las cuadras resultan ciertamente propicias para generar el caldo de cultivo de estos microorganismos. Nos referimos a que proliferan con una gran facilidad en áreas en las que abundan la suciedad, las humedades, las altas temperaturas y la oscuridad. Asimismo, te recordamos que estos organismos encuentran en los cascos más descuidados unos hábitats en los que se sienten protegidos y se aclimatan exitosamente.
El efecto de las infecciones que son capaces de causar estos seres vivos es lo que va a producir la aparición de oquedades que irán menoscabando la queratina que forma la muralla de la pared de los cascos.
Los microorganismos que te hemos citado van adentrándose a partir de la suela, desde la que ascienden hasta la zona de la muralla, en cuyos tejidos de protección van a hacer mella de manera progresiva. En la fase avanzada de esta afección, los hongos y las bacterias pueden acceder a la tercera falange. Este hueso, también conocido como tejuelo, puede llegar a rotar por estas infestaciones, lo cual genera unos dolores mayores y complica el proceso de recuperación. No olvides que el desplazamiento de este hueso de la estructura interna del casco está relacionada con dolencias tan incapacitantes como la infosura o laminitis.
Si no se ataja a tiempo el avance de los microbios, la fase aguda de esta enfermedad puede desembocar en que se separen las partes exteriores del casco y sus estructuras anejas, lo cual implica una inestabilidad perjudicial para la salud del animal. También puede suceder que el crecimiento de la pared del casco hacia las áreas inferiores del casco impida el progreso de la también conocida como enfermedad de la línea blanca.
Por otra parte, no resulta fácil, en ocasiones, percatarse de que el caballo está padeciendo estos destrozos en el colágeno y las proteínas que forman sus cascos y de los que se nutren las bacterias y los hongos. Los primeros estadios de estas lesiones no producen cojeras.
No obstante, los equinos cuyos cascos se caracterizan por un mantenimiento deficiente resultan más susceptibles a la infiltración de los agentes patógenos. Por eso, nuestra primera recomendación para prevenir este problema pasa por aumentar los cuidados de del herrador. Este especialista, por su familiaridad con las estructuras y los inconvenientes de los cascos, va a estar en disposición de detectar de una forma temprana cualquier alteración en la muralla.
Por último, hemos reservado un apartado relativo a los principales consejos que puedes poner en práctica cuando haya sido identificado un caso de hormiguillo en tu caballo. Una radiografía dorsopalmar, por otro lado, va a suponer una prueba diagnóstica concluyente a la hora de detectar este inconveniente.
La contención de la afección depende de la eliminación de la muralla que ejerce de cobertura de los tejidos infectados. Es necesaria la retirada de las áreas de la línea blanca que cuentan con un polvo blanco en escamas. Este proceso se complementa con la exposición al sol de la zona, que va a contribuir a su curación. Te recordamos que los hongos y las bacterias anaerobios no requieren de oxígeno para subsistir, pero las condiciones ambientales luminosas perjudican su proliferación.
Es entonces cuando los fungicidas y otros fármacos resultan efectivos en los tejidos que pretenden desinfectar. En función de los tejidos lesionados, el herrador, habitual localizador de esta enfermedad al proceder a sus recortes, puede apostar por colocar unas herraduras que proporcionen una protección extra.
Existen supuestos más graves, en los que se requiere de cirugía para eliminar los tejidos en los que el hormiguillo ha causado daños irreversibles. Conviene, por lo tanto, una extirpación de tejidos que posibilite ver una línea blanca saludable. En esta intervención se hará uso de lijadoras y amoladoras, que disponen de discos que facilitan acabar con los tejidos infectados sin lastimar los cercanos que se encuentran sanos. No hace falta anestesia local para llevar a cabo esta extirpación.
Por último, te informamos de que las áreas de los cascos que han sido seccionadas tenderán a regenerarse. Se trata de que la línea blanca llegue a la suela por medio de un crecimiento natural. Te interesará saber que existen productos específicos para favorecer que estas estructuras del casco se normalicen. Mientras tanto, que el caballo no guarde reposo total ni haga ejercicios exigentes.
En definitiva, el hormiguillo en los caballos es una enfermedad cuyo desarrollo podemos considerar silencioso. Aplica las recomendaciones que te hemos contado para prevenirla y combatirla.
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