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¿Qué tipos de alergias existen en los caballos?

La alergia en los caballos es una de sus enfermedades más recurrentes. Ten en cuenta que resultan numerosas las amenazas de esta naturaleza para su sistema inmunitario a las que están expuestos estos animales.

Las alergias son afectaciones del sistema inmunitario que se producen por la incidencia de sustancias ante las que este resulta sensible. Propician una reacción por parte de las defensas, que, por ser inusual, provoca, a su vez, alteraciones en el organismo de los equinos.

A continuación, te contamos las claves de las principales alergias que pueden hacer mella en los caballos. Presta atención.

La hipersensibilidad a los insectos

Se trata de una alergia que tiene una prevalencia muy estacional. Por eso, además de identificarse como hipersensibilidad a los insectos (IBH), es conocida como dermatitis estival equina. Y es que los síntomas de esta alergia se van a notar en la piel de los equinos, en la que se generará un prurito o una picazón, los cuales, rascado del animal mediante, van a derivar en la formación de heridas y costras.

Por lo que respecta a su origen, esta alergia se desarrolla por la alergia a la saliva que inoculan las picaduras de un tipo específico de mosquitos, los Culicoides. Se origina entonces, como reacción defensiva, la liberación de la sustancia histamina. Pero esta hormona, segregada para hacer frente a la agresión al organismo, ocasiona, asimismo, alteraciones corporales. Uno ejemplo es la irritación de la piel.

Existe un porcentaje de predisposición genética a padecer esta dermatitis en razas de caballos como los frisones y árabes, entre otras. Para paliar sus efectos, te recomendamos que hagas uso de la crema regenerante antipicores de Maktuk. Además de aportar la función antioxidante de sus ingredientes naturales, contribuye a la restauración de las zonas afectadas mediante la aceleración de un proceso de cicatrización efectivo y recuperación del pelaje incluso en 48-64h.

Antes de aplicar esta crema como una tirita (tapar la zona sin frotar y dejar formar una capa gruesa), puedes haber acondicionado el área de la herida mediante el limpiador micelar que te ofrecemos. Te recordamos también que puedes conseguir los dos productos citados en un solo pack.

La dermatitis atópica

También la puedes llamar atopia, es decir, la patología relativa a que los caballos tengan la piel atópica. Es una dermatitis de contacto, puesto que se manifiesta cuando la piel toca alguna sustancia que la va a irritar. Nos referimos, básicamente, a agentes en suspensión en el aire, tales como polvo, el polen que se desprende de las plantas, los ácaros y los hongos.

El polen y los insectos se localizan, por lo general, en los árboles, la hierba y las plantas gramíneas. Por lo que respecta a los parásitos y las infestaciones fúngicas, tienden a encontrarse en la paja y el heno humedecidos.

Tanto la polinización como la proliferación de parásitos, dependiendo del alérgeno, tienen un contenido estacional asociado a las temperaturas altas. Por lo tanto, como sucede respecto a los causantes de la dermatitis estival equina, has de tomar precauciones relativas a la higiene del caballo. Además de emplear repelentes contra los insectos, debes mantener los establos limpios, secos y bien ventilados.

También hay razas, como los pura sangres, con mayor propensión a sufrir atopia. Los picores son los cuadros más habituales, pero te conviene recurrir a un veterinario que la diagnostique, ya que su sintomatología se puede superponer a la de la dermatitis estival equina, que es más estacional.

Por otro lado, hemos de señalar una sintomatología paralela que suele aparecer cuando las alergias provienen de estos factores ambientales. Es la relativa a las disfunciones respiratorias. La tos va a venir acompañada del lagrimeo y de las secreciones nasales. Aparte, el equino manifestará una respiración entrecortada y cabeceará (el conocido como handshaking) de forma ostensible.

La alergia en los caballos alimentaria

Se produce por el consumo de productos alimenticios en los que algunos de sus componentes o nutrientes provocan una reacción negativa en el organismo del cuadrúpedo. Esta sensibilidad se puede manifestar con dos cuadros de síntomas diferentes.

Por una parte, con problemas gastrointestinales, entre los que destacamos las diarreas y sus consiguientes adelgazamientos bruscos y sobrevenidos. Por otra, se puede dar una dermatitis caracterizada no solo por el picor, sino también por la aparición de la urticaria.

Esta alergia se puede detectar por las intolerancias a distintos alimentos, lo que hace peligroso que el caballo, por su cuenta, alcance ciertas frutas o hierbas. Así que ten especial cuidado, cuando lo saques a pasear, con lo que se encuentra en los pastos.

Asimismo, este inconveniente puede estar relacionado con la presencia de agentes externos que acaban sobre los alimentos, como los residuos de los productos para fertilizar. Los restos bioquímicos también implican riesgos significativos. Son los casos, por ejemplo, de las proteínas de cereales como el trigo, la avena, la cebada, la soja y el maíz.

El concurso del veterinario resulta, por tanto, clave para, ante esta alergia, establecer una dieta basada en la restricción y el descarte. Si, por estas intolerancias, se dejan de ingerir determinados micro y macronutrientes básicos, el veterinario puede prescribir la administración de complementos alimenticios.

Alergias a las inyecciones

Por último, estas son las que se originan cuando, para paliar ciertas dolencias, es necesario administrar por vía intravenosa, intramuscular o subcutánea medicamentos al caballo. Los más peligrosos, en este sentido, son los antibióticos. La penicilina procaína, usual en algunos tratamientos, puede llegar incluso a provocar la muerte de este mamífero.

En consecuencia, no tienes que aventurarte a poner inyecciones al animal. Es una intervención especializada que solo debe abordar el veterinario. Si pones una inyección intravenosa en un supuesto que requiere una intramuscular o subcutánea, las consecuencias pueden ser fatales.

En resumidas cuentas, el citado especialista podrá diagnosticar la clase de alergia que está padeciendo un caballo, en primer lugar, mediante una inspección visual de los síntomas más acentuados visibles en los ojos, la nariz y la piel. También prestará atención a las enfermedades del sistema digestivo e incluso puede llevar a cabo pruebas para comprobar el estado de sus pulmones.

En definitiva, la alergia en los caballos puede tener diversas manifestaciones sintomáticas en función de la clase de reacción que afecta al animal. Vale la pena que conozcas sus cuadros para identificarlas y solicitar al veterinario el tratamiento pertinente. Si tienes alguna duda más, ¡consúltanos!

Curiosidades

1.- Interesante: los mosquitos no pican, son las mosquitas las que pican.

2.- La saliva de los mosquitos contiene anticoagulantes para permitir que siga fluyendo sangre del animal a través del orificio de la picadura y esos anticoagulantes son los responsables de la alergia.

3.- EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica: proceso inflamatorio con estrechamiento de las vías respiratorias inferiores como consecuencia a una reacción alérgica a partículas ambientales en suspensión, como pueden ser el polen, ácaros, polen, sustancias irritantes y polvo. Para estos animales es muy importante el dar el pienso en pellets o en copos.

Alberto Gil

Veterinario especialista en equinos con más de 30 años dedicado a su cuidado en el campo

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